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Como todos los años antes de finalizar el curso tenemos la buena costumbre de hacernos unas fotos los docentes y alumnos de la asignatura de Legislación Gestión y Planificación Farmacéutica de la Facultad de Farmacia que pronto serán Graduados en Farmacia. Así mismo, como docente de Universidad que también realiza una actividad profesional me encuentro en una posición privilegiada que me permite ser espectadora y agente promotor de una obligación con mis alumnos hacerles llegar a las aulas la realidad y práctica profesional.
Como Titular de Farmacia le transmito a mis alumnos la importancia de colocar a los clientes/ pacientes en el centro de nuestra actividad profesional siendo clave conocer sus necesidades y sus requerimientos, requisito principal para planificar y conocer el cómo conseguir la mejor experiencia de compra.
Los docentes ademas, de cultivar capacidades humanas, implementar curiosidad, imaginación y creatividad a nuestros alumnos tenemos que darles la preparación actualizada y adaptada a las necesidades laborales actuales y futuras que les permitan resolver los grandes desafíos de la futura farmacia que avanza a un modelo más asistencial más social y de desarrollo tecnológico.
Los nacidos desde mediados de los años sesenta del siglo XX hasta comienzos de los ochenta formamos la generación X tenemos diferente formas de pensar, de trabajar y de necesidades, a las que tienen nuestros alumnos. No ha sido fácil ya que, tras un periodo convulso, tener un puesto de trabajo era un gran reto. Trabajar y producir era nuestra filosofía de vida, dejando de lado el idealismo. El individualismo, la ambición y la adicción al trabajo son los valores en los que hemos crecido.
Sin embargo, esta generación de alumnos tienen identidad propia forjada por los grandes cambios sociales, económicos, culturales y tecnológicos que de manera vertiginosa han experimentado. Se conoce como "Centennials o Generación Z», que sigue a la denominada «Generación Y» o millennials, y que hoy llena masivamente nuestros aulas.
Los centennials tienen un carácter práctico, autodidacta, multitarea, globalizado, comprometidos con su entorno social y natural, emprendedores. Pero si hay un aspecto que les identifica y singulariza de forma inequívoca es ser «nativos digitales». En general, tienen la particularidad de ser más impacientes, producto de la inmediatez propia de las TIC; son optimistas y se interesan por estar bien vestidos, por ser vistos y hacer actividades en forma más independiente, sin que los mayores se inmiscuyan en ello siempre con el móvil o el iPad, chateando por WhatsApp y en redes sociales como Instagram y Facebook etc.
Esta nueva generación de futuros farmacéuticos valoran más otros aspectos en orden a la satisfacción de sus aspiraciones vitales, lo que podríamos denominar el «salario emocional», como la flexibilidad horaria, la conciliación con la vida personal, un buen clima de trabajo o la presencia de determinados valores en la empresa. Aspiran a un trabajo motivador, y no tanto a desempeñar toda su vida laboral un mismo trabajo, puesto que sus objetivos profesionales van cambiando.
Además, de la brecha generacional con nuestros alumnos nos encontramos con una realidad cambiante debida no solo a la velocidad con que se suceden los cambios tecnológicos y productivos, sino a la gran recesión y crisis sanitaria, provocada por la pandemia de la covid-19. Nada es duradero, todo está en cambio y movimiento.
Han de conocer los nuevos desafíos que tendrán que afrontar, a medida que la edad de nuestra población aumenta y también lo hace el impacto de las enfermedades, nuestro papel como farmacéutico en la prevención debe crecer para fortalecer la atención primaria.
Sabemos que lo que hace que la farmacia sea única es que puede encontrar en el corazón de sus pacientes, ofreciendo la mejora y prevención de la salud con un fácil acceso al consejo profesional.
Esta pandemia ha confirmado lo que siempre hemos sabido: el farmacéutico es crucial y somos capaces de contribuir mucho más a la salud a través de la implementación de una gama más amplia de servicios profesionales, su integración en estrategias de salud pública y en la transformación digital para convertirse en el
interlocutor social clave para el cumplimiento de los objetivos de Desarrollo Sostenible.
Bueno Animo a todos mis alumnos y futuros compañeros que confíen en las cualidades que presentan, que les guíen la importancia de nuestra profesión y reconozcan y compartan experiencias y conocimientos mostrando siempre la solidaridad y el buen hacer.
Felicidades a todos con vosotros la práctica farmacéutica y nuestra profesión emergerá y mejorará. Sois hoy, más que nunca, el activo de nuestra profesión.